Una bolsa de plástico de franjas azules y blancas anudada sobre los hombros y, a la espalda, un nombre y un número escritos con trazo grueso: Messi 10. Contanto derroche de imaginación, el pequeño se fabricó su propia camiseta albiceleste y logró la pequeña victoria de vestirse como su ídolo. Alguien de su entorno inmortalizó el momento en una fotografía en que se ve al chiquillo de espaldas y, al fondo, un escenario desolador.
La instantánea, que demuestra como incluso en las circunstancias más extremas los niños son niños y los sueños son sueños, no tardó en saltar de una cuenta a otra en las redes sociales acompañada de la misma pregunta: "¿Quién es ese niño?"
Lo poco que parece seguro es que se trata de un niño iraquí que reside en una zona de conflicto. Según el diario británico ‘Daily Mail’, el menor vive en un campo de refugiados de la localidad de Dohuk, en el norte de Irak, después de que su familia tuviera que abandonar su casa por el avance del Estado Islámico.